Hoy el mundo es un poco más
infierno. Hace doce días unos pequeños pulmones cargados de anhelos y
sueños marinos dejaron de respirar.
Hoy, esta tierra es más marinera
que nunca. Hoy lloramos todos de rabia e incomprensión. Lágrimas saladas
en honor a ti, pequeño pescaíto.
Hoy, se desvela la cara de tu
verdugo. Cuerpo sin alma, corazón seco, veneno en lugar de arterias y
tripas podridas. El peor de los castigos caiga sobre ti, malnacida.
Hoy el mundo es un poco más
infierno. Los que te lloramos, abriremos más los ojos y oídos hacia
nuestra infancia para que esto no vuelva a suceder. Lo haremos por ti,
pequeño.
Que las olas del mar te acompañen y acunen allí donde estés.
Descansa en paz, Pescaíto.